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Más estados republicanos muestran interés en expandir el Medicaid

El doctor Derrick Hamilton ausculta el corazón de Mary Blair, durante su cita en el Breathitt County Family Health Center en Jackson Kentucky. A pesar de haber sufrido un ataque cardíaco y ser diabética, Blair obtuvo cobertura gracias a la expansión del Medicaid promovida por el Obamacare. (Luke Sharrett/Para The Washington Post via Getty Images)

Aunque el Congreso controlado por el Partido Republicano ha prometido arremeter, pese a los intentos fallidos por desmantelar el Obamacare, algunos legisladores “de estados rojos”están cambiando de rumbo y mostrando un nuevo interés por sumarse a la expansión del Medicaid promovida por la ley de salud.

Y un estudio publicado recientemente en Health Affairs se suma a estas discusiones, infiltrándose en lugares como Kansas, Georgia, Virginia, Carolina del Norte y Maine. Treinta y un estados más el Distrito de Columbia ya optaron por la expansión, que proporcionó fondos federales para ampliar la elegibilidad para incluir a la mayoría de los adultos de bajos ingresos con ingresos de hasta el 138% del nivel federal de pobreza (unos $16,000 para un individuo).

Para evaluar los efectos fiscales de los primeros dos años de la expansión, los investigadores analizaron datos de la National Association of State Budget Officers de los años fiscales 2010 a 2015.

Sus hallazgos abordan los argumentos de algunos legisladores republicanos, quienes dicen que la expansión aumentará el déficit presupuestario del país y que los estados afrontarán costos de cobertura adicionales, obligándolos a escatimar en otras prioridades presupuestarias como la educación o el transporte.

Los investigadores concluyeron que cuando los estados expandieron la elegibilidad para que más personas de bajos ingresos pudieran acceder a un seguro de salud sí vieron un gasto mayor en la atención de la salud, pero esos costos fueron cubiertos con fondos federales. Además, los estados que expandieron el programa no tuvieron que reducir gastos en otras prioridades políticas -como el medio ambiente, la vivienda y otras iniciativas de salud pública- para llegar a fin de mes con las finanzas en orden.

“Este es un gran beneficio potencial, no sólo para las personas que reciben cobertura, sino para las economías estatales”, dijo Benjamin Sommers, profesor asociado de políticas de salud y economía de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio.

Este hallazgo, que afirma que la expansión del Medicaid no tuvo problemas presupuestarios imprevistos, no debería sorprender.

“La expansión es básicamente gratuita” para los estados, acordó el economista Jonathan Gruber, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, uno de los arquitectos de Obamacare quien trabajó con Sommers para comparar sistemáticamente los presupuestos de los 50 estados para examinar el impacto de la expansión del Medicaid. “Ese es el gran hallazgo”, dijo. “No hay ningún tipo de desventaja oculta”.

Y eso puede ser parte de lo que está alimentando este renovado interés, dijo Edwin Park, vicepresidente de políticas de salud del Center for Budget and Policy Priorities, de tendencia izquierdista. Estos estados están viendo la inesperada ganancia federal que recibieron sus vecinos mientras intentaban abordar problemas de salud pública como la adicción a los opioides, dijo. “Están viendo cómo les va a los estados que expandieron el programa y los beneficios”, dijo Park. “El argumento principal contra la expansión en el nivel estatal ha sido que va a dejarlos en la quiebra. La investigación demuestra que no es el caso”.

Pero una advertencia: los datos utilizados en este análisis reflejan sólo los años durante los cuales el gobierno federal recogió el 100% de la cuenta para ampliar la elegibilidad del Medicaid y, por lo tanto, podría sobrestimar a los presupuestos estatales. Eso es porque en 2017 el apoyo federal comenzó a disminuir, y para 2020 los estados tendrán que pagar por ellos mismos el 10% de los costos de expansión.

Eso significa que los responsables políticos deben ejercer la cautela al leer demasiado este estudio, dijo Tom Miller, experto del conservador American Enterprise Institute. Debido a que los estados eventualmente asumirán más del costo, dijo, los estudios que evalúan su impacto presupuestario son preliminares en el mejor de los casos. Además, dijo Miller, otros factores tales como el crecimiento económico relativo podrían haber rellenado los presupuestos estatales en los años estudiados, enmascarando cualquier costo no intencional con un programa más grande de Medicaid. No está claro si en tiempos de recesión, el Medicaid tomaría una porción más grande de los presupuestos estatales.

“Esto es sólo el comienzo, es una radiografía temprana”, concluyó.

Sommers argumentó que el limitado conjunto de datos significa que los investigadores deben seguir rastreando cómo los presupuestos estatales se comparan entre los estados con expansión y los que no expendieron. Pero incluso cuando los estados cubren más de los costos del Medicaid, puede que no represente una carga, sugirió Sara Rosenbaum, profesora de derecho y política de salud de la Universidad de George Washington. La expansión del Medicaid tiene otros beneficios económicos potenciales que este documento no toma en cuenta, por ejemplo, menos atención no compensada en hospitales, lo que podría compensar los gastos que los estados tendrían que absorber.

Algunos expertos dicen que una preocupación más grande es que, incluso sin la derogación del Obamacare, algunas propuestas de salud del Partido Republicano cambiarían el mecanismo del gobierno federal para el financiamiento de Medicaid, de ser una partida de dinero abierta a un bloque de subvención o un límite per-capita, en un esfuerzo por frenar el gasto nacional. Esas propuestas quitarían al menos parte del dinero federal que ha protegido los presupuestos estatales.

“Irónicamente, todos los argumentos que se han hecho contra la expansión durante años -como crear un agujero en el presupuesto estatal o quedar en quiebra- es exactamente lo que una subvención per cápita o una subvención en bloque hace”, dijo Park.

Mientras más estados se suman al debate sobre el Medicaid, esas consecuencias importan, dijeron Sommers y Gruber. Y no solo para los presupuestos estatales, para los consumidores también.

“La lección principal es que no hay ningún tipo de gran costo oculto por expandir Medicaid. Lo que ves es lo que obtienes”, dijo Gruber. “Usted obtiene seguro de salud gratuito para sus ciudadanos”.

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