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Ayudan a adultos mayores a llegar en mejores condiciones a una cirugía

(Shannon Fagan/Getty Images)

Las cirugías suelen ser difíciles para los adultos mayores, lo que puede resultar en complicaciones graves y hasta en muerte de manera mucho más frecuente que en pacientes más jóvenes. Pero muchos abuelos no están bien preparados para los riesgos que podrían enfrentar.

Ahora, hospitales innovadores como el Centro Médico de la Universidad Duke, el Centro Médico de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) y Michigan Medicine están trabajando para cambiar esto. En la semana previa a la cirugía, les recetan a las personas mayores ejercicios, se aseguran que estén comiendo alimentos saludables y tratan de minimizar la ansiedad y el estrés, entre otras intervenciones.

La investigación sugiere que estas iniciativas pueden mejorar la preparación de los adultos mayores para la cirugía y potencialmente obtener mejores resultados. “Cambiar la forma en que nos acercamos a los pacientes mayores es realmente un imperativo”, dijo la doctora Emily Finlayson, directora del Centro de Cirugía para Adultos Mayores de UCSF.

En esta línea, el próximo año el Colegio Estadounidense de Cirujanos (ACS) planea lanzar un esfuerzo nacional para mejorar la atención quirúrgica de las personas mayores, después de definir una amplia gama de estándares que los hospitales deberían cumplir. El objetivo es promover y reconocer “centros de excelencia en cirugía geriátrica” ​​en todo el país, explicó el doctor Ronnie Rosenthal, presidente del equipo de trabajo de cirugía geriátrica de la ACS.

La nueva evidencia del programa POSH (Optimización Peri operatoria para la Salud del Adulto Mayor) de Duke demuestra el valor de preparar a los mayores en riesgo para la cirugía, una estrategia que avalan los nuevos estándares.

En enero, investigadores informaron que los adultos mayores que pasaron por el programa POSH antes de cirugías abdominales mayores, estuvieron menos tiempo en el hospital (cuatro días vs. seis días para un grupo control), tuvieron menos probabilidades de regresar al hospital en los siguientes 30 días (7.8% vs. 18.3%), y tuvieron más probabilidades de regresar a su hogar sin necesidad de atención médica domiciliaria (62.3% vs. 51.1%). También sufrieron un poco menos de complicaciones.

POSH es un modelo interdisciplinario de atención, que reúne a cirujanos, geriatras, anestesiólogos y trabajadores sociales, para coordinar la estrategia con los pacientes mayores y sus familias. Los pacientes, remitidos por sus cirujanos, asisten a citas de una a dos horas en la Clínica de Evaluación y Tratamiento Geriátrico de Duke, donde reciben una evaluación integral centrada en su funcionamiento —qué pueden hacer, con qué grado de dificultad—, movilidad, cognición, medicamentos, nutrición, condiciones médicas existentes y apoyo en el hogar de familiares u otros cuidadores, entre otros factores.

Uno de los objetivos principales es asegurarse de que los pacientes mayores comprendan lo que la cirugía podría significar para ellos, los beneficios potenciales y los daños. “Les preguntamos ‘¿Qué es lo que realmente quiere hacer en el futuro?’ Y luego dedicamos una buena cantidad de tiempo a explicar si la cirugía realmente ayudará a un paciente a alcanzar ese objetivo”, dijo la doctora Sandhya Lagoo-Deenadayalan, profesora asociada de cirugía en Duke, quien ayudó a lanzar POSH en 2011.

“Cuando los pacientes dejan nuestra clínica, tienen una lista de tareas muy detallada”, agregó la doctora Shelley McDonald, profesora asistente de geriatría, quien ayuda a administrar POSH.

Aunque el plan se adapta a cada paciente, en general se recomienda: comenzar a caminar 20 minutos al día, cinco días a la semana; hacer ejercicios de fortalecimiento muscular tres veces por semana; practicar la respiración profunda de tres a cuatro veces por día; dejar de tomar medicamentos que puedan interactuar mal con anestesia, como antihistamínicos y benzodiacepinas; comer 30 gramos de proteína tres veces al día; tomar mucho líquido comenzando tres días antes de la cirugía (la orina debe ser de color amarillo claro a transparente); y asegurarse de tener a alguien para que esté con el paciente en el hospital y cuando éste vuelve a casa.

Ralph “Benny” Suggs, de 70 años, pasó por el programa POSH el verano pasado, antes de una cirugía para reparar una hernia grande. “No había tenido ninguna cirugía mayor, nunca”, dijo el contralmirante retirado de la Marina, quien ahora es vicecanciller asociado de relaciones con ex alumnos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte. “Hicieron todo lo posible para informarme, no solo sobre el procedimiento médico en sí, sino también sobre lo que podía esperar física y emocionalmente después. Eso realmente te da una sensación de confianza de que las cosas van a salir bien”.

En Michigan Medicine, un centro académico de salud operado por la Universidad de Michigan, un programa similar pero simplificado se enfoca en cuatro objetivos antes de la cirugía: caminar más, preparar los pulmones mediante ejercicios de respiración, comer bien y relajarse (pasar tiempo con amigos y familia, dormir lo suficiente, minimizar el estrés). Los participantes reciben recordatorios diarios a través de mensajes de texto y pueden registrar su progreso en un portal electrónico para pacientes del hospital.

Empoderar a los pacientes mayores para que tomen medidas antes de la cirugía en lugar de quedarse sentados y preocuparse es un “condimento mágico” del programa, dijo el doctor Michael Englesbe, profesor de cirugía de Michigan Medicine, quien participa en el programa. Las dificultades para facturar a Medicare por consultas preoperatorias y reestructurar la forma en que los médicos practican son los mayores desafíos para implementar ampliamente este tipo de modelo. Aun así, “muchos proveedores están desarrollando programas de educación y seguimiento de la actividad en torno a la cirugía, y espero que estas iniciativas se conviertan en parte del estándar de atención en un futuro no muy lejano”, opinó Englesbe.

En el programa Surgery Wellness paraadultos mayores de UCSF, a los pacientes los atienden un geriatra, un nutricionista, un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional y un asesor de salud. Las consultas duran alrededor de 90 minutos y resultan en sugerencias concretas para personas mayores y sus familias, así como derivaciones a especialistas que pueden realizar evaluaciones más extensas, si es necesario.

Con la esperanza de ampliar el alcance del enfoque de UCSF, Finlayson y sus colegas están desarrollando un sitio web y una aplicación digital, Prehab Pal, que guiará a los adultos mayores y sus cuidadores a través de la preparación para la cirugía. Creada tomando en cuenta la opinión de personas mayores, tendrá textos con letras grandes y un diseño fácil de usar. “Le estamos dando los toques finales al primer producto y haremos una prueba piloto en marzo”, dijo Finlayson.

Para los pacientes, es muy importante saber cómo hacer las preguntas correctas antes de la cirugía y designar a una persona para que actúe en su nombre durante e inmediatamente después de la cirugía, señaló Rosenthal, de ACS, quien también es profesor de cirugía y geriatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

El Patient Preferences Project de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin ha desarrollado y está probando una lista de preguntas útiles para pacientes mayores. Incluso si tu hospital local no tiene un programa como el de Duke, Michigan Medicine o UCSF, puedes hacerle estas preguntas a tu cirujano:

  • ¿Debería someterme a una cirugía? ¿Cuáles son mis opciones? ¿Qué puede suceder si tengo una cirugía? ¿Y si no la tengo? En su opinión, ¿la cirugía me hará sentir mejor? En su opinión, ¿la cirugía me ayudará a vivir más tiempo? Si es así, ¿cuánto tiempo más?
  • ¿Qué debo esperar si todo va bien? ¿Cómo será mi vida diaria después de la cirugía? (¿Inmediatamente después, tres meses después, un año después?) ¿Me colocarán tubos o drenajes durante o después de la cirugía y los necesitaré en casa? En su opinión, ¿cómo afectará esta cirugía a mis otros problemas de salud (como diabetes o hipertensión)? Después que me den el alta, ¿qué tipo de cuidado cree que necesitaré?
  • ¿Qué sucede si las cosas salen mal después de la cirugía? ¿Puede describir complicaciones serias y explicar lo que podrían significar para mí? Si estoy demasiado enfermo como para hablar por mí mismo, ¿cómo puedo asegurarme de que se conozcan mis deseos? Si decido nombrar a alguien para tomar decisiones médicas por mí, ¿qué debo hacer para que esos arreglos sean oficiales?

La cobertura de KHN relacionada con el envejecimiento y el mejoramiento del cuidado de los adultos mayores es apoyada en parte por The John A. Hartford Foundation.

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